El exintendente, Vicente Costamagna, advirtió sobre la grave situación que atraviesa la localidad. La crisis sanitaria y el aumento desmedido de impuestos son algunos de los puntos más preocupantes.
En materia de salud, Costamagna denunció el cierre de la única clínica privada y la falta de funcionamiento adecuado del hospital municipal, que actualmente opera como un simple dispensario sin sala de cirugía. Esto obliga a los vecinos a trasladarse a otras localidades para recibir atención médica.
Además, el exintendente alertó sobre la llegada de cédulas de renta provincial con aumentos de más del 1000%, lo que deja a muchos vecinos y comerciantes en una situación de total incertidumbre económica. “Este aumento no se ajusta a la realidad que está viviendo la comunidad”, sostuvo.
Otro punto alarmante es el impacto en la planta láctea Sancor, que emplea a más de 120 trabajadores. Según Costamagna, ya comenzaron a llegar telegramas de despidos y la cooperativa que suministraba energía cortó el servicio por falta de pago, poniendo en jaque la producción y el empleo en la zona.
“La situación es muy difícil y cada vez más complicada”, concluyó Costamagna.
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