Una licitación por U$S450 millones para la provisión de pañales para adultos adjudicada por el PAMI bajo la gestión de Esteban Leguízamo generó una fuerte controversia por presuntas irregularidades, sobreprecios y deterioro en la calidad del producto.
El contrato, oficializado el 7 de mayo, fue el resultado de un proceso exprés que habría favorecido a un único oferente y representa el tercer convenio más importante del organismo.
La licitación, anunciada el 14 de abril y resuelta el 25, dejó apenas seis días hábiles para la presentación de ofertas. De las cuatro empresas interesadas, solo una cumplió con los requisitos. Las demás presentaron quejas por no poder preparar propuestas en tan corto plazo. También se cuestiona que la empresa ganadora habría solicitado cotizaciones en marzo, antes de conocerse el pliego, lo que alimenta sospechas de direccionamiento.
El nuevo esquema elimina intermediarios como farmacias y droguerías, optando por una entrega directa a los domicilios de los afiliados. Sin embargo, el costo mensual para el Estado pasará de $11.000 millones a $13.000 millones, un 20% más. Además, el contrato incluye un anticipo del 3%, una práctica poco habitual.
Especialistas advierten una baja en la calidad: se reemplazan pañales de 75 gramos y doble capa de absorción por otros de 50 gramos y cintas más pequeñas. Esto podría facilitar importaciones más livianas, pero a costa de la salud de los afiliados.
El vocero presidencial Manuel Adorni convocó una conferencia de prensa para responder al escándalo. Afirmó que el nuevo contrato permitirá un ahorro de $5.000 millones, aunque las denuncias por sobreprecios y pérdida de calidad ponen en duda esa versión. Mientras tanto, las empresas excluidas analizan acciones judiciales.
📝 con información de Cadena 3
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