El reciente proyecto presentado para establecer un marco regulatorio sobre la actividad de los lavacoches informales generó un fuerte rechazo por parte del ex concejal Andrés “Bocha” Romero, quien cuestionó que la propuesta no ofrece soluciones reales y profundiza la exclusión de sectores vulnerables.
Desde su mirada, la iniciativa no contempla alternativas que acompañen e incluyan a quienes desarrollan esta actividad como medio de subsistencia en un contexto económico de fuerte ajuste. Señala que el enfoque adoptado se basa en restringir, en lugar de generar oportunidades para regularizar e integrar a los trabajadores al sistema.
Romero planteó que el problema no radica en la informalidad laboral en sí, sino en la falta de voluntad política para reconocer y atender la situación de las personas que intentan sostenerse fuera del mercado formal, entre ellos trabajadores informales, jubilados y estudiantes. En este sentido, remarcó que, en vez de acompañarlos con políticas de asesoramiento, registro y ordenamiento, se los excluye con medidas que terminan quitándoles su única fuente de ingreso.
La crítica también apuntó al trasfondo político del proyecto, advirtiendo una competencia entre sectores por aplicar medidas cada vez más restrictivas, sin asumir responsabilidades frente al impacto social de las políticas nacionales que afectan a los más vulnerables.
Cabe destacar que el proyecto fue rechazado por mayoría.
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