La histórica cooperativa láctea Sancor ha enviado esta semana 300 telegramas de despido a trabajadores de sus plantas en Córdoba y Santa Fe, en el marco de una reestructuración que la empresa atribuye a “motivos de fuerza mayor” debido a la falta de materia prima.
Según informó el medio Gestión Sindical, las bajas se distribuyen entre las plantas de Gálvez, Sunchales (Santa Fe), y La Carlota, Balnearia y Devoto (Córdoba). De las cinco sedes que se mantienen operativas, la actividad estaba paralizada en la mayoría, excepto en Devoto, dedicada a la producción de queso crema y mantecas.
La compañía, que en sus mejores épocas procesaba hasta cuatro millones de litros de leche diarios, hoy apenas recibe 250.000 litros, lo que ha reducido significativamente su capacidad productiva. Esta situación, sumada a una deuda que supera los 400 millones de dólares, ha generado incertidumbre sobre el futuro de la empresa.
Mientras tanto, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) ha organizado reuniones en las distintas plantas para definir los pasos a seguir, aunque aún no emitió un comunicado oficial.
Sancor atraviesa negociaciones con un grupo inversor, cuyo avance todavía no se concreta. Como cooperativa, las decisiones clave sobre su futuro deben ser aprobadas por la asamblea de socios, lo que agrega un componente adicional de complejidad en este delicado contexto.
En el último año, la empresa ha experimentado interrupciones constantes en sus líneas productivas, lo que profundizó la crisis que arrastra desde hace años. De las 14 plantas industriales que poseía, hoy solo funcionan cinco con operaciones limitadas, mientras que los despidos masivos agravan la incertidumbre para trabajadores y comunidades locales.
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