Tras conocerse días atrás la triste noticia de un atropellamiento de un aguará guazú, una especie en peligro crítico de extinción en Córdoba, el fotógrafo de naturaleza David Moriondo, especializado en cámaras trampa y tomas aéreas, instaló dispositivos de monitoreo en el establecimiento “Rancho Viejo”, donde previamente se había visualizado a uno de estos animales.
Para sorpresa del equipo, las cámaras revelaron no solo la presencia de un ejemplar, sino de al menos dos aguará guazú recorriendo la zona. “La alegría que me genera revisar las cámaras trampas no se los podría explicar. No importa la especie, siempre es lindo saber que están ahí”, expresó emocionado Moriondo en sus redes sociales.
El registro no solo causó emoción, sino también una renovada esperanza: “Poder registrar dos individuos juntos es alucinante. Estamos en época de yunta y copulación, ojalá en unos meses tengamos crías dentro del establecimiento”. Este descubrimiento refuerza la importancia de seguir protegiendo estos espacios y trabajar por la conservación de la fauna silvestre.
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