El concejal Marcos Aguirre planteó públicamente una serie de situaciones que, según considera, podrían reflejar fallas en la gestión municipal y una creciente distancia entre el gobierno local y los reclamos diarios de los vecinos.
Aguirre sostiene que la camioneta comprada con fondos municipales hace dos años aún no estaría ploteada, pese a tratarse de una identificación habitual para vehículos oficiales. También señala que los servicios básicos, como el regado de calles, no se estarían realizando con regularidad, y que las explicaciones oficiales suelen vincularse a falta de combustible o roturas del camión.
Según su planteo, el deterioro de las calles se mantendría sin soluciones concretas, pese a pedidos reiterados de los habitantes. El concejal pone en duda que el Municipio carezca de presupuesto para estas tareas, y sugiere que algunos recursos podrían destinarse con mayor rapidez a otros fines.
Aguirre también advierte sobre presuntos despidos por motivos políticos y trabajadores que podrían estar en riesgo de perder su empleo.
En el plano social, menciona el caso de dos adultos mayores que viven en la vivienda del PAMI en condiciones de humedad y deterioro. Según plantea, ni el Municipio ni PAMI asumirían responsabilidad por los arreglos necesarios, lo que dejaría a los ancianos a cargo de reparaciones que no pueden realizar por su cuenta.
También recuerda que los adoquines destinados a obras viales seguirían sin colocarse desde hace tres años y permanecerían depositados frente a la Sala Cuna, pese a promesas de ejecución para años anteriores.
Finalmente, cuestiona que el intendente habría tenido un fuerte incremento salarial —que estima en un 400%— y que rondaría los cuatro millones de pesos, cifra que considera elevada para una localidad pequeña.
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